- Que llegar a la cima (de un cerrito, por ejemplo) es dar pasos.
Así
fui avanzando, mirando donde me convenía pisar cada vez que daba un
paso, por el suelo, por mi calzado, por mis ganas.
Así fui subiendo casi
sin mirar cuanto faltaba y a dónde iba, y casi sin mirar cuánto había
recorrido, solo por momentos y solo porque era bonito contemplar, pero
siempre desde donde estaba parada.
Así seguí caminando y así quiero
seguir.
(Cuanto más al norte vamos, más dificiles son los
cerritos, son más sierras, más empinados, con más espinas, más ripiosos.
Más dificil es acordarse del temita ese de dar pasos, más miedo da
caerse, más miedo de no encontrar donde apoyar el píe o las manos. Pero
siempre hay un lugar de donde agarrarse, hay que bajar el centro –del
cuerpo- acercar el cuerpo,
más compromiso… eso es lo que se siente
necesario entregar más al norte del país).
Destino
Hace 13 años