viernes, 27 de mayo de 2011

Una poesía de Maíz

Una poesía de Maíz,
que sahume las hojas de eucalipto
para que yo pueda ver en el humo
cómo está soplando el viento
y pueda, al olerlo, curarme.

Una poesía para ensuciarme
con barro las piernas y los piés
que los pájaros se posen sobre
mis ramas y que la tierra
me transmita su sabiduría de
paciencia

Para poder volar, recién entonces
volar.
Para encontrar otra tierra
donde sembrar
cuidar
cocechar
vivir

MAÍZ

miércoles, 25 de mayo de 2011

Piedras Coloradas.

La mayor de las riquezas, el oro, mi vida, le ofrendaría al mar porque sí.
¡Que dios milenario, viril y hermoso a ésta altura de la costa, de la orilla, del día, de la marea!
Sólo él sabría como entrar en el agujero más recóndito de las rocas y salpicar espuma blanca, sólo éste dios atraído por el poder de la luna, reina de las mareas, más grande que la roca más grande. Sólo él alimentado por los ríos de las montañas, hijos de mi diosa mamá pacha.
Antes porque era una niña, ahora porque soy mujer. Entra en mí mar, quiero ser al menos una piedra colorada, fundirme en una piedra colorada como una sirena, quiero ser una piedra que te espera cuando viene subiendo la marea,
ya que no puedo ser la luna.

Para los lobos marinos, no.

Para nosotros la muerte tiene mucha trasendencia, para los lobos marinos, no.
Éste que nos encontramos en el camino se estaba muriendo, supongo yo de un golpe en la cadera que no lo dejaba moverse bien. Era un lobito bebito y ya estaba flaco y le brillaban los ojos.
Pude ver que solo le dolía su cadera golpeada; su familia y su destino me dolían a mí.
¿Habría sido dura la despedida?, ¿o habría sido simple, en un viaje bajo el agua, que después del golpe él no pudo continuar?
.
Éste lobito es ahora presa de las horcas que se acercan a la costa al olerlo, y aún así no puedo ver crueldad, veo vida, veo lo que es. Puedo verlo así porque él está tirado en la arena con una paz de paciencia y de sol. Solo le duele su cadera golpeada. Espera con dignidad y con sabiduría.
Muerte digna y nada más, muerte digna y sencilla la de un lobo marino.
Es la vida, es.

No tibio

PARA CRITICAR HAY QUE TENER MUCHA INDIGNACIÓN
O MUCHO AMOR
PARA INDIGNARSE HAY QUE TENER DIGNIDAD
PARA AMAR HAY QUE SER AUTÉNTICO




Que suerte que tengo un gran compañero

con el que puedo hacer cálculos del tiempo que pasa
haciendo marcas en la arena a medida que mi sombra crece
mientras atardece.




.
Al mar: "ya nos tenemos confianza, no tengo que tratarte tan solemnemente", le digo y me pregunto si mis ganas de escribirlo se deben a que soy una poetiza y que en soledad me convierto en un ser mágico, o es que no puedo estar sola y por eso tengo que ir urgente a comprarme una libretita que me parezca bonita y hablarle a ella, al mar, a un caracol y a una piletita que se forma en un lugar específico cuando baja la marea como si me amaran como yo a ellos.
cualquiera sea la razon verdadera, me pone muy feliz y solo por eso no me hace fata dilusidar ésta duda que es insignificante como cualquier cosa razonable es si se la compara con éste atardecer.

viernes, 20 de mayo de 2011

El Parque.

Vine a aprender a esperar como él espera, a esperar estando.

Y llegué. Me trajeron el parque con todos los espíritus vivos y muertos que lo habitan y lo transitan. Y estuve, y esperé.

Y escribí, porque escribiendo me quedo en este mundo.

martes, 17 de mayo de 2011

Lea y Pau


el amor no es efímero como dicen
es inmenso
como el mar
infinito
como el mar parece ser desde la orilla

mirando,
de la tierra del suelo
a las nubes del cielo